Como hemos visto en los primeros temas de la asignatura Perfil profesional del profesorado,
formación permanente y deontología, nuestra profesión está en conexión al
cambio permanente, rápido y multidimensional que realiza el mundo hoy.
Transformaciones científicas y tecnológicas, a la vez que, también cambian los
paradigmas sociales y económicos. Todo esto, genera en el perfil del educador
una serie de desafíos para que la educación se capacite y se actualice y a su
vez, asuma el compromiso de liderar el cambio. Desde mí punto de vista, ya no
solo se le pide al profesor que asuma el rol de mediador y guía, sino que ahora
se le pide que lidere asumiendo parte del rol del “buen político”, así especifica el artículo; “en consecuencia el
docente deberá actuar en distintos ámbitos: en la escuela, en la construcción y
reconstrucción permanente del saber pedagógico y en las esferas regionales y
nacionales, para dar su aporte en la definición de las políticas y proyectos
educativos que el país requiere” (Alves, 2003). Es
por tanto que, el docente debe reflexionar y evaluar sus fundamentos teóricos
tanto en su formación permanente como en la construcción del saber pedagógico
dentro y fuera del aula y en el uso de las nuevas tecnologías aplicadas tanto
en su formación como en su uso crítico y democrático en el aula.
La formación del docente va más allá de la titulación inicial, ahora
exige” la reconstrucción de sus conocimientos, habilidades y valores para
resolver diariamente la problemática que se presenta en el espacio educativo”
(Alves, 2003). Debe reflexionar sobre los cambios de
paradigmas, su quehacer en el aula e investigar programas de acción para el
compromiso social de igualdad armonizando las individualidades del grupo.
Entiendo entonces, que el profesor es un mediador entre el saber adquirido, lo
que va reflexionando de las necesidades surgidas en el aula y lo que la
sociedad va exigiendo en cada momento de cambio. Es por tanto, que se debe
formar para tales competencias.
No debe estar solo ya que su saber debe ser construido por la comunidad
educativa, por tanto, debe abrirse a ella y ser protagonista para generar las
dinámicas de participación e interacción necesarias. Debe ser un investigador
insaciable de los contextos multidimensionales en los que vive, y así ir
construyendo una reflexión crítica y común para lograr los objetivos educativos
del medio ecológico.
Bibliografía:
artículo de Elizabeth Alves, La formación permanente del docente en la escuela. El uso
universitario de la tecnología para elevar la calidad
del docente en el aula.
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