Los límites: libertad amorosa en educación

Los límites: libertad amorosa en educación. Es una entrevista con Angélica Olvera formadora en Pedagogía Sistémica en la CUDEC de Madrid y México.

http://www.pedagogiasistemicamadrid.es/recursos/los-limites-libertad-amorosa-en-educacion-entrevista-angelica-olvera/

En esta entrevista nos habla de una paradoja universal que nos planteamos a la hora de educar: límites y libertad. ¿Dónde empieza una, dónde acaba la otra?, ¿Pueden convivir juntas?, ¿ Son necesarios los límites? ¿ Hasta dónde?

Estos interrogantes en los que muchos reflexionamos e intentamos mediar pueden ser respondidos de manera amorosa y equilibrada por Angélica Olvera, especialista en una metodología donde el sentido del orden, de todos y todo tiene un lugar y el equilibrio entre el dar y el recibir son las piezas fundamentales del desarrollo, bienestar y la armonía de los niños y niñas y por ende de todo sus sistema familiar, escolar y social-relacional.

Los límites pues cumplen una función dentro del sistema y es mantener una libertad amorosa.

¿Cómo definirías un límite?

Los límites son una herramienta didáctica de enorme fuerza y poder. En el hogar, son establecidos por los padres y permiten que el niño continúe con su desarrollo de manera armónica pues de esa manera aprende la noción de la otredad y comienza a reconocer que existen otros sistemas sociales además de su familia nuclear. Primero, cuando reconoce la existencia de otros círculos familiares –las familias de los tíos y los abuelos-. Segundo, cuando comienza asistir a la escuela y descubre que ahí hay un conjunto de límites y medidas de contención que le permiten socializar, es decir, relacionarse, establecer vínculos con los demás y en esa forma enriquecer sus experiencias. Es así como vamos construyendo el aprendizaje. Social y el aprendizaje para la vida. 

Qué quie¿Qué  quieres decir con libertad amorosa

Los límites, como te decía, son una herramienta didáctica y por lo tanto enseñan. ¿Qué es lo que nos enseñan los límites? Nos enseñan a reconocer las fronteras entre los sistemas a los que pertenecemos, el lugar que nos corresponde en ellos y el papel que nos corresponde desempeñar desde el punto de vista jerárquico y, finalmente, nos enseñan a mantener un equilibrio transaccional entre tomar y dar.
La Pedagogía Sistémica con el enfoque de Bert Hellinger nos ayuda a reconocer que estos límites se establecen desde el amor. La libertad amorosa es una estructura que vamos construyendo juntos en la familia y en la escuela y es un equilibrio que se produce entre ambos sistemas. El docente no puede tomar el alumno si quiere o pretende ocupar el lugar del padre. Cuando esto sucede, el ejercicio de esa libertad que tiene el docente nos va a conducir tarde o temprano a una situación problema. Los docentes no son los padres de los alumnos. Asimismo, si los padres pretenden ocupar otro lugar, igualmente habrá implicaciones. Y por último, los hijos quieren ocupar el lugar de padres y docentes. Si esto sucede, se produce un desequilibrio que hay que reordenar.
En este marco, los límites permiten, como herramienta didáctica, reconocer que la libertad también es un acto de amor porque se reconoce la existencia de las diferencias, de los órdenes de pertenencia, jerarquía y equilibrio entre el dar y el tomar. ¿Para qué? Para estar al servicio de la vida, para enseñar al chico porqué es importante que aprenda a cuidar la vida – la suya y la de los demás- y que pueda reconocer los peligros que trae consigo el dejar de cuidarla ante el consumo de drogas, el ejercicio desprotegido de la sexualidad, el consumo de tabaco y otras sustancias como el alcohol, los trastornos alimentarios, etc.
Angélica Olvera García


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